Se espera que este curioso invento mejore la calidad de vida de muchos enfermos, sobre todo ancianos, diabéticos y personas obesas con heridas. En muchos casos, las heridas tardan meses en curarse porque no se identifican a tiempo las infecciones.
Para producir esta venda, la científica busca incorporar en la fibra del material una molécula que cambia de color, entre el rojo, verde y azul.
La investigadora espera producir en el futuro cercano un prototipo en el que las modificaciones estén calibradas en respuesta a un determinado rango de temperatura.
La venda inteligente o venda “camaleón” podría reducir en miles y miles de millones de euros los costes del tratamiento de heridas crónicas en todo el mundo porque facilitaría el diagnóstico y supervisión del estado de las lesiones.
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