Otra cosa divertida que tiene es el mando a distancia. Al ser tan avanzado es también un poco complicada la instalación y configuración, pero conectado a través de WiFi permite, por ejemplo ver la tele en la pantalla del propio mando. Eso sí, a cambio, hay que olvidarse de esos mandos de tele que con un par de pilas funcionan durante años. Éste hay que cargarlo a menudo.
Para conseguir una pantalla tan plana, la circuitería está oculta en la peana, igual que los altavoces, lo que hace que, el modelo que se comercializa en España, no pueda colgarse de la pared.
El televisor LED 9000 de 46, con un juego de gafas activa, cuesta, 5.299 euros. El de 55 pulgadas sube hasta los 6.500. Todo sea por el diseño.